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1997. "Ley de juego"

 

por Fabián Lebenglik

Frente a la posición de quienes piensan la pintura como un código cerrado y estricto, Ana Fuchs pre-fiere pensarla como un campo de acción poética en el que las reglas son establecidas por el propio artista. Esta concepción genera consecuencias en su obra, ya que en la nueva serie de trabajos que presenta, la noción de “reglas de juego” pasa a ser el eje de construcción y un núcleo de sentido de la imagen. La pintura, más allá de la capacidad expresiva, es pensamiento, conocimiento y expe-riencia en forma de imágenes. El pensamiento no verbalizado funciona como disparador y Fuchs toma alternativamente ciertas formas recurrentes que la atraen y que evoca en sus telas y papeles con insistencia casi obsesiva. Esa formas modulan tanto el propio contexto en el que se inscriben, como la paleta, la intensidad o la suavidad de los colores, las texturas y combinaciones.

En este sentido, Fuchs da vueltas alrededor de una serie de imágenes o, más precisamente, de funciona-mientos de imágenes, y lo que pinta es la trama visual que ese funcionamiento genera: como si se tratara de la puesta en imagen que hace visibles una serie de leyes invisibles. Las reglas no se suelen ver sino a través de su aplicación, por que constituyen la condición de posibilidad para, por ejemplo, llevar a cabo un juego. La pintora, con sus cuadros, pone al descubierto las reglas, haciendo evidente las líneas de fuerza que guían las conexiones entre distintas formas y componentes de la imagen. Entonces el aire y el espacio toman dimensión, aparece el volu-men virtual y el color viste una superficie.

La pintura pasa a ser una consecuencia de una serie de formas relacionadas, que producen una reflexión visual a través de un modo particular de abstracción.

Los trabajos de Ana Fuchs narran en otra frecuencia

el análisis de esas relaciones y ponen en evidencia las líneas de fuerza que las atraviesan.

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